La nadadora Lia Thomas se convirtió en la primera mujer transgénero en ganar el campeonato de la Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA), pero su victoria provocó malestar entre distintos sectores que se oponen a su participación en competiciones femeninas.
Thomas, de la Universidad de Pensilvania, se impuso en la carrera de 500 yardas (457 metros) que se disputó este jueves, 17 de marzo, en el McAuley Aquatic Center de Atlanta (EE.UU.), con un tiempo de 4 minutos 33,24 segundos y una diferencia de 1,75 segundo sobre Emma Weyant, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Durante la competición aparecieron en las gradas algunas pancartas que criticaban la participación de Thomas en contiendas femeninas. "Trato de ignorarlo como puedo. Trato de concentrarme en mi natación, en lo que tengo que hacer para prepararme para mis carreras y solo trato de bloquear todo lo demás", explicó Thomas.
Más allá de las muestras de repudio dentro del recinto, afuera hubo otra manifestación en la que participaron poco más de 20 personas. "No nos vamos a quedar con los brazos cruzados y permitir que las mujeres sean desplazadas. Debemos pelear por sus derechos", afirmó Annabelle Rugledge, directora nacional de Young Women for America.
Por su parte, la presidenta y directora ejecutiva de Concern Women for America, Penny Nance, emitió un comunicado en el que afirmó que "el futuro del deporte femenino está en riesgo y la igualdad de derechos de las atletas está siendo infringida". Además, anunció que iban a presentar una queja formal por vulneración de los derechos civiles contra la Universidad de Pensilvania por lo que calificaron como una "injusticia".
Entre esas mujeres estaba la integrante de la Cámara de Representantes de Idaho Barbara Ehardt, autora de la primera ley que restringía la posibilidad de que atletas transgénero participaran en competiciones deportivas en base a su identidad de género. Sin embargo, un tribunal federal bloqueó la norma.
En oposición a ese grupo, había graduados y estudiantes de la universidad que respaldaban la presencia de Thomas en las pruebas femeninas y acusaron a quienes se oponían de llevar "odio al campus".
Según las reglas de la NCAA, un deportista debe someterse a los procedimientos de supresión de testosterona durante un año para poder competir con mujeres. En el caso de Thomas, se desconoce cuándo empezó el tratamiento.