Hasta 1.000 combatientes de las tropas del régimen de Kiev emprendieron este martes un intento de incursión fronteriza con el fin de apoderarse de una parte del territorio de la provincia rusa de Kursk. Las fuerzas rusas lograron impedir el avance de los ucranianos y eliminaron un gran número de efectivos y equipos bélicos tanto en el territorio de la provincia como en el de la región ucraniana de Sumy, fronteriza con Kursk.
Este miércoles, en una reunión encabezada por el presidente ruso, Vladímir Putin, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerásimov, informó gracias a las acciones de las unidades que cubren la frontera estatal, los guardias fronterizos y unidades de refuerzo, así como los ataques aéreos, las fuerzas de misiles y el fuego de artillería, el enemigo quedó sin posibilidades de internarse en territorio ruso.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso comunicó este jueves que, en total, desde el comienzo de los combates en la dirección de Kursk, el régimen ucraniano perdió 660 militares y 82 unidades de vehículos blindados, incluidos 8 tanques, 12 vehículos blindados de transporte de tropas, 6 vehículos de combate de infantería, 55 vehículos blindados de combate y un vehículo de ingenieros para el retiro y pase de obstáculos.
Añadió que la aviación rusa realiza ataques aéreos contra las reservas ucranianas que se dirigen hacia Kursk desde territorio ucraniano. "La operación de destrucción de las formaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania continúa", declaró el ministerio.
Cabe señalar que la mañana del miércoles aparecieron reportes de que las tropas de Kiev supuestamente habían tomado el control de la ciudad fronteriza de Sudzha. Sin embargo, en una conversación con RT, el jefe de la localidad, Vitali Slashchev, lo desmintió. "Todo es normal, todo está bien, todo está en nuestro poder", dijo. Al mismo tiempo, en declaraciones a RIA Novosti, señaló que la situación en la ciudad es "muy tensa".
De acuerdo con el gobernador interino de Kursk, Alexéi Smirnov, la provincia "sigue enfrentándose a una difícil situación operativa en las zonas fronterizas". "Con el fin de eliminar las consecuencias de la penetración de fuerzas enemigas en el territorio de la región, he decidido introducir una situación de emergencia en la región de Kursk a partir del 7 de agosto", escribió en un comunicado.
"Ataques indiscriminados" contra civiles y ambulancias
Como consecuencia de la agresión ucraniana, murieron al menos cuatro civiles, dos de ellos personal de una ambulancia, que fue atacada por un dron ucraniano. Al menos 66 personas, entre ellas nueve niños, resultaron heridos.
Además, uno de los militares ucranianos abrió fuego contra coches de civiles, matando a una mujer embarazada. Cuando la familia trasladó a la mujer a un hospital, los médicos intentaron reanimarla, pero sin éxito. La bala entró en el pulmón y salió por el corazón.
El corresponsal de guerra Yevgueni Poddubny, cuyo coche fue atacado por un dron ucraniano, también se encontraba entre los heridos. Sin embargo, el periodista sobrevivió y se encuentra en un hospital regional de Kursk.
Putin acusó a los ucranianos de "disparar indiscriminadamente contra civiles". "El régimen de Kiev ha emprendido otra provocación a gran escala, disparando indiscriminadamente con diversos tipos de armas, incluidos cohetes, contra edificios civiles, viviendas residenciales y ambulancias", dijo el mandatario en una reunión con los miembros del Gobierno, añadiendo que ya se han dado instrucciones a una serie de organismos civiles para que presten la ayuda necesaria a la población de la provincia.
Por su parte, la Cancillería rusa tachó de "bárbaro" el ataque, subrayando que "los neonazis ucranianos cometen sangrientos actos terroristas contra la población civil" para "demostrar al menos cierta apariencia de actividad en el contexto de sus constantes fracasos" en el campo de batalla.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, indicó que "todos estos sangrientos crímenes se producen en un contexto de cínico silencio por parte de Occidente". "Todo ello solo refuerza la sensación de impunidad de los neonazis ucranianos, seguros de que pueden salir impunes de cualquier atrocidad", declaró, instando a la comunidad internacional a "no quedarse de brazos cruzados y condenar resueltamente estas acciones criminales".
Además, el ataque ucraniano causó daños en muchas viviendas y otras instalaciones de varias localidades de la provincia, entre ellas la iglesia del Monasterio Masculino de San Nicolás en Gornal.
La misión de Rusia ante la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) calificó el impacto en el monasterio de "otra violación flagrante por parte de Ucrania de sus obligaciones internacionales en virtud de la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954". En este contexto, instó a la directora general de la organización, Audrey Azoulay, a "alzar su voz en defensa de los bienes culturales de Rusia y condenar las acciones criminales de Kiev".
Provincias ofrecen su ayuda
Mientras tanto, las autoridades de otras provincias rusas ya han expresado su solidaridad con Kursk y han ofrecido su ayuda. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobiánin, anunció el envío de médicos de la capital. "Proporcionaremos toda la asistencia médica necesaria. Estamos dispuestos a recibir a los heridos en Moscú para su tratamiento", afirmó.
El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, escribió en sus redes sociales: "La provincia de Bélgorod, como ninguna otra, comprende cómo es la agresión de Ucrania: la crueldad y el cinismo de los ataques, la destrucción y la muerte de civiles y niños. [...] Estamos dispuestos a ayudar y a hacer todo lo que dependa de nosotros".
Por su parte, el jefe de la provincia de Smolensk, Vasili Anojin, comunicó que como resultado de una conversación con el gobernador interino de Kursk, Alexéi Smirnov, se acordó que Smolensk "acogerá a los niños evacuados de las zonas fronterizas, creará para ellos unas condiciones de alojamiento confortables y les proporcionará todo lo que necesiten".
Además, entre las provincias que han ofrecido su ayuda a la población de Kursk figuran Tula, Krasnodar, Astracán, Irkutsk y Samara, entre otras.
La reacción de EE.UU.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó que Washington está en contacto con Kiev por el intento de incursión en la provincia fronteriza.
"En última instancia, la decisión sobre la forma en que Ucrania lleva a cabo sus operaciones militares corresponde a Ucrania, pero nada ha cambiado respecto a nuestra política en materia de ataques a través de la frontera", añadió Miller en referencia a la pregunta sobre el uso de material estadounidense por parte de Kiev.
Asimismo, aseguró que Ucrania no había notificado a EE.UU. sus planes de invasión en la provincia de Kursk.