El presidente del club Boca Juniors, Juan Román Riquelme, se convirtió en el primer dirigente en la historia del futbol argentino que logra frenar con su propio cuerpo la violencia en un partido.
Lo hizo el miércoles por la noche, en el estadio Marcelo Bielsa ubicado en la ciudad de Rosario, en donde Boca y Gimnasia buscaban un lugar en las semifinales de la Copa Argentina.
Cuando ambos equipos salieron a la cancha para disputar el segundo tiempo, la tensión, que había estado latente en las tribunas durante los primeros 45 minutos, estalló.
Los hinchas de Boca Juniors comenzaron a arrancar las butacas para aventárselas a sus rivales, que estaban en otro sector de las plateas. El caos se impuso en cuestión de segundos. Los policías, armados con toletes y protegidos con cascos y escudos, lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma.
La pelea parecía inminente, inevitable, como tantas otras veces en un futbol marcado por la violencia y las víctimas en las canchas. Cientos de fanáticos y de hinchas quedaron de frente, y se iban acercando para el choque, pero justo en medio apareció Riquelme para calmar los ánimos.
El presidente de Boca, quien además es un exjugador venerado, se puso de espaldas a la primera línea de policías, que seguían lanzando gases, y con las palmas de las manos convocó a los hinchas a frenar su avance. Estaban a escasos metros de distancia.
Luego detuvo con un abrazo a un fanático que quiso abalanzarse contra los policías y lo fue empujando hacia atrás. Así logró que el resto de los hinchas retrocedieran. Durante varios minutos, Riquelme alternó entre los diálogos que sostenía con los seguidores del club y con los agentes, para convencerlos de evitar una batalla campal.
Y lo consiguió. Riquelme se retiró de las tribunas ovacionado. La tensión se evaporó y, después de 20 minutos eternos en los que parecía que el partido sería suspendido, pudo reanudarse. Al final, Boca Juniors ganó 2-1 en tanda de penales.
Pero, más allá del triunfo, los medios y las redes se colmaron de elogios hacia un dirigente que consolidó su papel como uno de los máximos ídolos populares del país sudamericano.
Reacciones
"Lo que hizo Riquelme es impresionante. Evitó una tragedia poniendo el cuerpo", afirmó la barra de Boca Juniors en sus redes sociales.
"[Es] la imagen del año porque no hay antecedentes en el fútbol. Román poniendo el cuerpo para calmar a los hinchas y que puedan bajar el nivel de violencia. Inédito y para aplaudir", reconoció el periodista Roberto Rinaldi.
El economista Alejandro Barrios consideró que Riquelme "es lo mejor del fútbol argentino" porque ningún otro dirigente hubiera podido contener a los hinchas. "Conduce, ordena, pone limites", agregó.
"El presidente del Club frenó una carnicería", advirtió la periodista Noe Barral Grigera, en tanto que su colega Leonardo Gentili insistió en que este es "un hecho sin precedentes" porque Riquelme logró serenar los ánimos para que el partido pudiese continuar.
Una de las imágenes que más se viralizó fue la del exjugador mientras hablaba con un policía y le sostenía el rostro con sus manos para calmarlo. "Un gesto definitivo de la civilización. Hoy Juan Román Riquelme se posicionó como el único dirigente. La única persona a la que hay que hacerle caso", aseguró el periodista Matías Castañeda.