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La Unión Europea quiere un presidente para Ucrania que firme el Acuerdo de Asociación
La cumbre en Lituania de la Asociación Oriental de la Unión Europea ha concluido sin que Ucrania firmara el Acuerdo de Asociación. Los líderes europeos parecen sorprendidos a pesar de que Kiev anunciara hace una semana que paralizaba la iniciativa.
"La Unión Europea lamenta que Ucrania no haya firmado el Acuerdo de Asociación, la propuesta más amplia posible de cooperación para los Estados que no son miembro de la Unión Europea", ha declarado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una rueda de prensa al final de la cumbre. Asimismo ha subrayado que el camino para Kiev seguirá abierto.
Ucrania "ha elegido un camino a ninguna parte", lamentó, por su parte, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, quien subrayó que la Unión está dispuesta a seguir trabajando en el acercamiento con Kiev, pero aseguró que el Gobierno ucraniano ha perdido parte de la "confianza" que la Unión tenía en ella. "Lo que sí es seguro es que el presidente del país no es todo el país", insistió, por su parte, el presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz. Actualmente, en las calles de Kiev siguen celebrándose manifestaciones de protesta organizadas por la oposición para pedir que las autoridades reconsideren su decisión y firmen el Acuerdo de Asociación de inmediato.
El presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, se presentó el 28 de noviembre en la cumbre para explicar en persona a los líderes comunitarios la decisión de su Gobierno. Argumentó que Kiev sí desea integrarse a la Unión Europea, pero que incluso tras seis años de negociaciones y preparaciones no puede hacerlo: por el momento sería un paso demasiado doloroso para la economía nacional.
Habló también de las negociaciones fallidas de Kiev con el Fondo Monetario Internacional sobre el préstamo de los 830 millones de dólares necesarios, desde sus estimaciones, para garantizar la transición a los estándares y requisitos técnicos europeos. En total, Ucrania debería ajustar unos 20.000 estándares que abarcan todo, desde el tamaño de los tornillos para las señales de tráfico hasta los anchos de vías ferroviarias. La modernización de la economía costaría unos 160.000 millones de dólares en un proceso que se prolongaría hasta 2017, con 20 millones de dólares anuales invertidos solo en la actualización de los estándares. El país, con una deuda de 136.000 millones dólares y una desaceleración de la economía, puede tener dificultades a la hora de ejecutar un programa de tal envergadura.
El potencial tratado con el FMI incluiría la congelación de salarios y pensiones y la subida del precio del gas, lo que sería una carga excesivamente pesada para la vida de los ucranianos, acentuó Yanukóvich. Sin embargo, no descartó que el acuerdo pudiera ser firmado en un futuro próximo.
Los líderes comunitarios insisten en que las cifras citadas por Yanukóvich son elevadas, pero admiten que sin su ayuda Ucrania lo tendrá muy difícil para adaptarse a la nueva forma de vida. Hasta ahora a los nuevos miembros de la Unión y a los países que aspiraban a adherirse se les concedían préstamos baratos a largo plazo para que el nivel de la economía del país aumentara hasta alcanzar los baremos europeos, algo que no se le ha ofrecido a Ucrania.
Los ciudadanos europeos "se sienten muy incómodos con la idea de que Ucrania se incorpore a la Unión. La zona está en una crisis profunda debido a la bancarrota de Grecia, Portugal, Italia y otros países del sur. No tienen el dinero para hacer algo positivo para Ucrania. Lo único que pueden hacer es sacar ventaja de la debilidad de Ucrania", comentó a RT el analista político William Engdahl.
Ucrania "ha elegido un camino a ninguna parte", lamentó, por su parte, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, quien subrayó que la Unión está dispuesta a seguir trabajando en el acercamiento con Kiev, pero aseguró que el Gobierno ucraniano ha perdido parte de la "confianza" que la Unión tenía en ella. "Lo que sí es seguro es que el presidente del país no es todo el país", insistió, por su parte, el presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz. Actualmente, en las calles de Kiev siguen celebrándose manifestaciones de protesta organizadas por la oposición para pedir que las autoridades reconsideren su decisión y firmen el Acuerdo de Asociación de inmediato.
El presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, se presentó el 28 de noviembre en la cumbre para explicar en persona a los líderes comunitarios la decisión de su Gobierno. Argumentó que Kiev sí desea integrarse a la Unión Europea, pero que incluso tras seis años de negociaciones y preparaciones no puede hacerlo: por el momento sería un paso demasiado doloroso para la economía nacional.
Habló también de las negociaciones fallidas de Kiev con el Fondo Monetario Internacional sobre el préstamo de los 830 millones de dólares necesarios, desde sus estimaciones, para garantizar la transición a los estándares y requisitos técnicos europeos. En total, Ucrania debería ajustar unos 20.000 estándares que abarcan todo, desde el tamaño de los tornillos para las señales de tráfico hasta los anchos de vías ferroviarias. La modernización de la economía costaría unos 160.000 millones de dólares en un proceso que se prolongaría hasta 2017, con 20 millones de dólares anuales invertidos solo en la actualización de los estándares. El país, con una deuda de 136.000 millones dólares y una desaceleración de la economía, puede tener dificultades a la hora de ejecutar un programa de tal envergadura.
El potencial tratado con el FMI incluiría la congelación de salarios y pensiones y la subida del precio del gas, lo que sería una carga excesivamente pesada para la vida de los ucranianos, acentuó Yanukóvich. Sin embargo, no descartó que el acuerdo pudiera ser firmado en un futuro próximo.
Los líderes comunitarios insisten en que las cifras citadas por Yanukóvich son elevadas, pero admiten que sin su ayuda Ucrania lo tendrá muy difícil para adaptarse a la nueva forma de vida. Hasta ahora a los nuevos miembros de la Unión y a los países que aspiraban a adherirse se les concedían préstamos baratos a largo plazo para que el nivel de la economía del país aumentara hasta alcanzar los baremos europeos, algo que no se le ha ofrecido a Ucrania.
Los ciudadanos europeos "se sienten muy incómodos con la idea de que Ucrania se incorpore a la Unión. La zona está en una crisis profunda debido a la bancarrota de Grecia, Portugal, Italia y otros países del sur. No tienen el dinero para hacer algo positivo para Ucrania. Lo único que pueden hacer es sacar ventaja de la debilidad de Ucrania", comentó a RT el analista político William Engdahl.
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