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Rusia prueba los cohetes que le permitirán hacer lanzamientos desde su territorio
Rusia probará este viernes el primer cohete espacial de nuevo tipo clase Angara, propulsado por un combustible que no contamina el medioambiente, y en adelante las naves de este tipo se lanzarán desde territorio ruso.
El primer cohete-portador clase Angará de tipo ligero Angará-1.2 será lanzado este viernes desde el cosmódromo militar ruso de Plesetsk, informó este jueves el centro de cohetes espaciales Jrúnichev, citado por RIA Novosti.
La puesta en marcha de la nueva familia de cohetes-portadores rusos clase Angará, de tipos muy distintos, tanto ligeros como pesados, permitirá al país poner en órbita satélites y naves espaciales de todo tipo desde su propio territorio, sin contaminar la atmósfera de la Tierra.
Hoy en día Rusia se ve obligada efectuar la mayor parte de lanzamientos comerciales y científicos desde el cosmódromo de Baikonur, construido en la época soviética y actualmente arrendado a Kazajistán.
La adopción de cohetes tipo Angará aporta importantes ventajas para Rusia. En primer lugar se trata de eliminar los problemas originados por el actual uso de cohetes propulsados por combustible tóxico pesado. Tradicionalmente, el combustible usado en todos los cohetes de la URSS y Rusia es heptil, una sustancia muy tóxica. Hoy en día este propelente lo usan cohetes pesados clase Proton-M.
Los cohetes tanto ligeros como pesados clase Angará usan combustible limpio desarrollado a partir de queroseno. Como oxidante de estos cohetes se emplea el oxígeno líquido, de modo que el uso de este cohete será mucho más seguro para el medioambiente. En el futuro se prevé homologar el uso de estos cohetes para vuelos tripulados.
La familia de cohetes Angará incorpora artefactos de diferentes tipos: desde el tipo ligero con capacidad de portar una carga de 1,5 toneladas hasta cohetes pesados de 35 toneladas de capacidad.
El primer vuelo tripulado del Angará 'pesado' está programado para el año 2018, desde el nuevo cosmódromo ruso de Vostochni, que se construye actualmente en la región de Amur.
La puesta en marcha de la nueva familia de cohetes-portadores rusos clase Angará, de tipos muy distintos, tanto ligeros como pesados, permitirá al país poner en órbita satélites y naves espaciales de todo tipo desde su propio territorio, sin contaminar la atmósfera de la Tierra.
Hoy en día Rusia se ve obligada efectuar la mayor parte de lanzamientos comerciales y científicos desde el cosmódromo de Baikonur, construido en la época soviética y actualmente arrendado a Kazajistán.
La adopción de cohetes tipo Angará aporta importantes ventajas para Rusia. En primer lugar se trata de eliminar los problemas originados por el actual uso de cohetes propulsados por combustible tóxico pesado. Tradicionalmente, el combustible usado en todos los cohetes de la URSS y Rusia es heptil, una sustancia muy tóxica. Hoy en día este propelente lo usan cohetes pesados clase Proton-M.
Los cohetes tanto ligeros como pesados clase Angará usan combustible limpio desarrollado a partir de queroseno. Como oxidante de estos cohetes se emplea el oxígeno líquido, de modo que el uso de este cohete será mucho más seguro para el medioambiente. En el futuro se prevé homologar el uso de estos cohetes para vuelos tripulados.
La familia de cohetes Angará incorpora artefactos de diferentes tipos: desde el tipo ligero con capacidad de portar una carga de 1,5 toneladas hasta cohetes pesados de 35 toneladas de capacidad.
El primer vuelo tripulado del Angará 'pesado' está programado para el año 2018, desde el nuevo cosmódromo ruso de Vostochni, que se construye actualmente en la región de Amur.
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