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Los extranjeros abandonan Costa de Marfil, que amenaza con una guerra civil

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La grave situación en Costa de Marfil, que sigue hundiéndose en la crisis tras las elecciones presidenciales, provoca gran preocupación en muchos organismos internacionales -desde la ONU hasta los ministerios de Exterior europeos-, y obliga a los extranjeros a desalojar el país, cuidándose del in

La grave situación en Costa de Marfil, que sigue hundiéndose en la crisis tras las elecciones presidenciales, provoca gran preocupación en muchos organismos internacionales -desde la ONU hasta los ministerios de Exterior europeos-, y obliga a los extranjeros a desalojar el país, cuidándose del inicio de una nueva guerra civil.

Mientras tanto, Laurent Gbagbo, ex mandatario y uno de los dos candidatos a la presidencia que perdió las elecciones, declaró, de un lado, que propone a los ‘cascos azules’ abandonar el país y, de otro, que los expertos internacionales examinen los resultados de la segunda ronda de los comicios presidenciales de noviembre.

“Yo soy el presidente de Costa de Marfil”, declaró Gbagbo durante una entrevista en la televisión nacional. Al mismo tiempo, según las agencias de información, llamó a invitar a Costa de Marfil una comisión internacional para el “análisis objetivo” de los resultados de las elecciones celebradas en este país africano el 28 de noviembre.

Mientras tanto, el otro candidato a la presidencia, Alassane Ouattara, que representa a la oposición, ha calificado de “maniobra política” la oferta de Laurent Gbagbo para que se cree un comité internacional que analice la situación.

Frente a la amenaza de guerra civil que podría estallar en esta república de África Occidental, todos los organismos internacionales explicaron la gran preocupación por la confrontación entre los partidarios presidenciales: el caos se ha manifestado en el secuestro de civiles, las violaciones a los Derechos Humanos, disturbios y choques abiertos que se cobraron ya la vida de al menos 50 de personas.

Alassane Ouattara sigue encerrado junto con sus ministros en el hotel Golf de Abiyán, donde están protegidos por los cascos azules de la ONU. El secretario general de este organismo, Ban Ki-moon, informó ayer que la ONU no permitirá al ex presidente Gbagbo bloquear el contingente de paz de la ONU y estrangular al Gobierno del candidato triunfador, Alassane Outtara, cuya legitimidad fue reconocida por las Naciones Unidas y la Unión Africana.

Además, Ban Ki-moon declaró este miércoles que existe una amenaza real de reanudación de la guerra civil, la segunda luego de la producida entre 2002 y 2004. “Existe un riesgo real de la reanudación de la guerra civil. El pueblo de Costa de Marfil necesita nuestra solidaridad y nuestras acciones decididas”, dijo el secretario general del organismo internacional.

La Asamblea General de la ONU también dio el visto bueno a Youssouf Bamba, el representante de Alassane Ouattara, al que la comunidad internacional reconoce como vencedor de los comicios como nuevo embajador del país ante las Naciones Unidas.

Tras recibir una carta de Ouattara acerca de las credenciales del nuevo embajador, el secretario general de la ONU pidió a la Asamblea General que tratara con rapidez el asunto, para que no hubiera “confusión sobre la posición de la comunidad internacional en esta cuestión”: “la comunidad internacional se ha expresado con la misma voz en relación a las recientes elecciones en Costa de Marfil e instó con firmeza a la Asamblea General a que continué en la misma tónica”, agregó Ban Ki-moon.

Con esto se refiere a las nuevas medidas de presión internacional, para intentar que Laurent Gbagbo abandone el poder tras su derrota electoral. Por ejemplo, este miércoles el Banco Mundial ha congelado la ayuda financiera a Costa de Marfil, según confirmó el miércoles Robert Zoellick, presidente de la entidad, tras reunirse en París con el presidente Nicolas Sarkozy.

Aún así, los países extranjeros han evacuado urgentemente a su personal diplomático y han aconsejado a sus ciudadanos residentes salir de Costa de Marfil: Francia ha pedido a sus 15.000 ciudadanos que se vayan “provisoriamente” del país africano. “Déjenme recordarles que ya ha habido decenas de víctimas y que Francia tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos”, explicaba François Baroin, portavoz del gobierno galo.

Además, el Ministerio de Exterior de Alemania distribuyó el miércoles una declaración que insta a sus ciudadanos a abstenerse de los viajes a Costa de Marfil y, para los que están allí, abandonarlo "debido a la imprevisible evolución de la situación" en este país.

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