Siria ve en la condena de la ONU una declaración de guerra diplomática
Los países occidentales logran pasar a la Asamblea General de la ONU un borrador de la resolución de condena a Damasco por la violación de derechos humanos. Los diplomáticos rusos creen que de este modo intentan eludir el veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad. Rusia a su vez considera que "ciertos gobiernos intentan provocar el derrocamiento de los regímenes en Oriente Medio para sacar provecho geopolítico".
¿En qué radica el proyecto de resolución contra el régimen sirio?
El proyecto de resolución contra Siria condena la supuesta represión del régimen de Assad contra la población civil y exhorta a Damasco a poner fin de inmediato "a actos de la violación de los derechos humanos, a proteger a su población y a cumplir plenamente sus obligaciones en virtud de las normas internacionales de derechos humanos".
La Asamblea también pidió a Damasco que ejecute el plan de acción de la Liga Árabe, el cual incluye el envío de una misión de observadores. Según el proyecto de resolución, que intentó posponer sin éxito la parte siria con su voto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, debe apoyar la misión de observadores en la Liga Árabe en Siria si así se lo solicitan. La aprobación del Comité de Derechos Humanos de este documento pasará al pleno de la Asamblea General, donde se votará el próximo mes.
Un proyecto de resolución "politizado" y "desequilibrado"
Contó con el voto favorable de 122 países, mientras que hubo 41 abstenciones y 13 votos en contra, como los de Irán, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Corea del Norte, entre otros. Muchos de los que se opusieron sugirieron no someter el documento a votación por su unilateralidad. La propuesta fue calificada de declaración de guerra diplomática por el embajador de Siria ante la ONU, Bashar Jafari. El alto cargo sirio calificó este proyecto de resolución de "politizado" y "desequilibrado" porque solo pide un cese a la violencia de parte de las autoridades sirias, pero ni siquiera menciona a los rebeldes armados que han atacado a las fuerzas oficiales.
Varios expertos consideran que el respaldo de algunos países árabes podría aumentar la presión sobre los miembros del Consejo de Seguridad para tomar acciones más decisivas contra Siria. Según algunos expertos, los países occidentales han acudido al mecanismo de la Asamblea General después de que en octubre pasado Rusia y China evitaran en el Consejo de Seguridad una resolución de condena a Damasco. Y también se espera que los ministros árabes de Relaciones Exteriores se reúnan el próximo jueves para decidir si imponen sanciones económicas contra Damasco.
"Ciertos estados se vengan por haber cedido sus posiciones en la economía mundial"
Ciertos gobiernos intentan provocar el derrocamiento de los regímenes en Oriente Medio para sacar provecho geopolítico. Así lo ha manifestado el canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien además ha subrayado que estas tentativas sirven para cambiar a su favor el proceso histórico natural.
Según el titular de la diplomacia rusa, las actividades de países extranjeros en Siria están dictadas por su deseo de restaurar su potencia perdida a través de actos provocativos. Lavrov ha explicado que Oriente Medio actualmente es un espacio donde ciertos estados quieren vengarse por haber cedido sus posiciones en la economía mundial y haber sido desplazados de la arquitectura financiera internacional.
"Es probable que lo que estamos viendo ahora en Oriente Próximo sea un intento [de Occidente] de compensar la pérdida de posiciones en la economía mundial a través de unas actividades provocadoras y aventureras", dijo el canciller ruso.
En varias ocasiones Rusia ya había comentado que considera una 'provocación' que los países de Occidente insten a la oposición siria a negarse a dialogar con el régimen de Bashar Al-Assad.
Mientras tanto, algunos analistas comparten esta idea y sospechan incluso que el mismo conflicto es alimentado por varios estados interesados. La analista política Nagham Salman considera precisamente a EE. UU., Europa e Israel como los "principales titiriteros del conflicto interno sirio". Buscan "provocar una guerra civil en el país", por lo que "están azuzando a las minorías religiosas que han convivido pacíficamente durante muchos años", dijo Salman a RT.
Haciendo referencia a esto, el viceministro sirio de Exteriores, Faisal al-Mikdad, denunció a RT que muchos civiles fueron "asesinados vilmente" durante los disturbios y que los criminales detenidos por la Policía confesaron que dispararon a los manifestantes pacíficos y les mataron "para mantener el ritmo de las protestas".