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Entrevista al padre de Litvinenko ayudará a investigar su asesinato
La Policía londinense ha recibido el video en el que el padre de Alexánder Litvinenko, ex teniente coronel de la KGB y del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, asesinado en Reino Unido, reveló los nombres de los presuntos autores del crimen de su hijo.
Estas declaraciones, realizadas en abril pasado, pueden ser utilizadas por Scotand Yard en la investigación del asesinato de Litvinenko, quien supuestamente fue envenenado con polonio radiactivo en Londres en el año 2006. RT ha recibido una copia de esa grabación.
Walter Litvinenko confesó que en el hospital, antes de morir, el ex agente ruso había escrito en una servilleta los nombres de sus asesinos para enseñárselos a su padre. Según su versión, fueron dos amigos y colegas de Alexánder: el multimillonario Borís Berezóvski, buscado por la Fiscalía General, exiliado en Londres, y Alexánder Goldfarb, jefe de la Fundación de Libertades Civiles, propiedad de Berezóvski. Goldfrab era también hombre de confianza de Litvinenko y fue el primero en anunciar la versión de que la responsabilidad de su muerte recaía en el Gobierno ruso. Además, Walter Litvinenko caracteriza a Goldfrab como un especialista en energía nuclear.
El ex oficial de la FSB de la Federación Rusa Alexánder Litvinenko se refugió en el Reino Unido en 2000 y falleció en Londres el 23 de noviembre de 2006, poco tiempo después de adquirir el derecho de ciudadanía. Unos días antes de su muerte, la agencia Bell Pottinger difundió imágenes de Litvinenko enfermo. Perdió el pelo, parecía envejecido y cansado. Según los médicos, una persona tiene este aspecto tras someterse a una quimioterapia.
Tras la muerte de Litvinenko, expertos británicos afirmaron haber descubierto en su cuerpo amplios rastros del isótopo radiactivo polonio-210, pero el dictamen forense oficial acerca de las causas de su muerte y los resultados de la autopsia nunca se publicaron. Desde el principio, la investigación de Scotand Yard se centró en el diputado del parlamento ruso, Andréi Lugovói, pero una vez sometido a la prueba del polígrafo, se comprobó que no estaba involucrado en el asesinato.
El misterioso caso Litvinenko en cierto modo ha 'envenenado' las relaciones entre Rusia y el Reino Unido. Moscú ha reiterado en varias ocasiones que las autoridades británicas obstaculizan el trabajo de los forenses rusos que participan en la investigación.
Walter Litvinenko confesó que en el hospital, antes de morir, el ex agente ruso había escrito en una servilleta los nombres de sus asesinos para enseñárselos a su padre. Según su versión, fueron dos amigos y colegas de Alexánder: el multimillonario Borís Berezóvski, buscado por la Fiscalía General, exiliado en Londres, y Alexánder Goldfarb, jefe de la Fundación de Libertades Civiles, propiedad de Berezóvski. Goldfrab era también hombre de confianza de Litvinenko y fue el primero en anunciar la versión de que la responsabilidad de su muerte recaía en el Gobierno ruso. Además, Walter Litvinenko caracteriza a Goldfrab como un especialista en energía nuclear.
El ex oficial de la FSB de la Federación Rusa Alexánder Litvinenko se refugió en el Reino Unido en 2000 y falleció en Londres el 23 de noviembre de 2006, poco tiempo después de adquirir el derecho de ciudadanía. Unos días antes de su muerte, la agencia Bell Pottinger difundió imágenes de Litvinenko enfermo. Perdió el pelo, parecía envejecido y cansado. Según los médicos, una persona tiene este aspecto tras someterse a una quimioterapia.
Tras la muerte de Litvinenko, expertos británicos afirmaron haber descubierto en su cuerpo amplios rastros del isótopo radiactivo polonio-210, pero el dictamen forense oficial acerca de las causas de su muerte y los resultados de la autopsia nunca se publicaron. Desde el principio, la investigación de Scotand Yard se centró en el diputado del parlamento ruso, Andréi Lugovói, pero una vez sometido a la prueba del polígrafo, se comprobó que no estaba involucrado en el asesinato.
El misterioso caso Litvinenko en cierto modo ha 'envenenado' las relaciones entre Rusia y el Reino Unido. Moscú ha reiterado en varias ocasiones que las autoridades británicas obstaculizan el trabajo de los forenses rusos que participan en la investigación.
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