¿Cuál es el plan de EE.UU. para América Latina?

EE.UU. ha intensificado los esfuerzos para desestabilizar a los países latinoamericanos que hayan conducido una política independiente exterior, lo que la Casa Blanca considera un desafío, escribe el analista internacional Nil Nikándrov.

"La liquidación de los enemigos de EE.UU. permitiría a Washington socavar el proceso de consolidación de países y pueblos latinoamericanos y asestar golpes contra organizaciones como el ALBA, la Unasur y la Celac, así como reducir la cooperación en el marco de Petrocaribe y el Consejo Suramericano de Defensa", explica el analista.

"A Venezuela,  Ecuador, Bolivia y Nicaragua igualmente [EE.UU.] las acusan de promover el autoritarismo, desmontar la democracia, oprimir a la oposición y a los medios independientes, de hacer la vista gorda al narcotráfico y la corrupción", recuerda Nikándrov en el portal de la Fundación de la Cultura Estratégica.

De manera un poco diferente se hace lo mismo con los dirigentes de Argentina, Brasil y algunos países caribeños, sostiene el autor. 

"El uso de acusaciones, pruebas falsificadas y desertores no tiene fin en el afán por desacreditar a los políticos indeseables desde el punto de vista de EE.UU.", destaca Nikándrov.

El mayor objetivo de estas actividades, coordinadas por el Departamento de Estado, la CIA, la NSA y la Agencia de Inteligencia de Defensa, es remplazar a dichos dirigentes por otros "democráticamente orientados e inclinados a un diálogo" con Washington. 

En el Gobierno de Obama hay partidarios de escenarios radicales para la región, incluido el "escenario libio".

Los intentos de eliminación física de políticos extranjeros considerados indeseables practicados por los servicios secretos estadounidense en numerosas ocasiones en el pasado continuarán sin duda alguna, asegura Nikándrov.

Los montajes de derrocamiento de los políticos que ponen trabas a la hegemonía estadounidense en América Latina tienen en cuenta la situación operativa en dichos países.

Según él, los lacayos de  EE.UU., de "los cuales hay suficientes en América Latina", procurarán  también socavar las actividades de los BRICS e implicar a los países de la región en la guerra de sanciones contra  Rusia.