"Si alguien no les gusta, lo decapitan": ¿de qué huyen los miembros del Estado Islámico?
En varias entrevistas realizadas a refugiados sirios en la frontera sirio-turca y publicadas por el portal Perspectives on Terrorism, fueron descubiertos desertores del Estado Islámico, que explicaron las razones que les empujaron a abandonar la organización terrorista, informa RIA Novosti.
La razón principal con la que la mayoría coincide es la de su extrema crueldad, además de que la vida bajo su ala no coincide con el "paraíso religioso" que vende el grupo yihadista.
"Existe un pozo, conocido como Hute, al que llevan a los prisioneros con los ojos tapados y les dicen: 'Sois libres; marchaos, pero no abráis los ojos'", confesó uno de los entrevistados. "Estos caminan hasta precipitarse al fondo del pozo, que emana un insoportable hedor por la cantidad de cadáveres acumulados".
"Si alguien hace algo que no se debe, lo torturan ahogándolo en el agua", explicó otro de los desertores del grupo terrorista. "Y si alguien no les gusta, simplemente le cortan la cabeza". A su vez otros reconocieron la ambigüedad con la que el Estado Islámico interpreta la justicia, como "cuando un hombre violó a una mujer y este no fue castigado".
El artículo de Perspectives on Terrorism concluye que, con estos y muchos otros actos de terror, el Estado Islámico mantiene controlada a la población de los territorios que domina y a sus miembros, a los que atrajo a sus filas gracias a una campaña propagandística que les prometía una vida mejor. Una propaganda que en realidad les llevó hacia una pesadilla de la que ellos, al menos, tuvieron la suerte de escapar.