Este 9 de agosto, el presidente ruso Vladímir Putin recibe a su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan en el marco de una visita oficial en aras de normalizar las relaciones entre ambos países, afectadas después de que el pasado 24 de noviembre el Ejército turco derribara un avión militar ruso sobre territorio sirio.
Un incidente muy grave
El hecho ocurrió el 24 de noviembre pasado. Un caza bombardero Su-24 fue derribado por la Fuerza Aérea de Turquía a 6.000 metros de altura mientras formaba parte de la operación rusa contra el Estado Islámico en Siria, iniciada después de que el presidente sirio, Bashar al Assad, solicitara a Moscú ayuda militar para la lucha contra el terrorismo en su país.
Los dos tripulantes del avión lograron eyectarse. Sin embargo, el piloto murió tras recibir disparos por parte de los rebeldes mientras descendía en paracaídas, en tanto que el copiloto sobrevivió y fue rescatado por las fuerzas especiales rusas y sirias. Las autoridades turcas justificaron su decisión de derribar el avión por una supuesta violación de su espacio aéreo, hecho que fue desmentido por parte del Ejército ruso y el copiloto, que sobrevivió al ataque.
Fuerte reacción rusa
La reacción del presidente ruso fue muy fuerte. "El ataque contra el Su-24 tendrá trágicas consecuencias para las relaciones ruso-turcas", señaló Putin. "La pérdida de hoy es como si los cómplices del terrorismo nos hubieran apuñalado por la espalda", sostuvo, señalando además que el avión ruso cayó a cuatro kilómetros de la frontera con Turquía.
Asimismo, varios organismos y expertos internacionales condenaron el ataque, mientras que Rusia cortó inmediatamente las relaciones militares y preparó varias sanciones económicas y diplomáticas contra Turquía.
"No vamos a pedir disculpas"
El incidente llevó a una oleada de tensiones entre ambos países. Desde un principio, la posición del presidente ruso se mantuvo intacta: las relaciones políticas se normalizarían una vez que se reciban disculpas oficiales por parte de los políticos y militares turcos, y se indemnice el derribo del avión. Por su parte, Turquía tomó una posición amenazante señalando que derribaría cualquier avión que violara su espacio aéreo, tal y como lo habría hecho el Su-24. "No vamos a pedir disculpas", declaró por entonces Erdogan.
Las relaciones entre ambos países se deterioraron aún más luego de que Moscú denunciara la venta ilegal por parte de Turquía de petróleo al Estado Islámico. A su vez, el presidente turco intentó extraoficialmente mejorar las relaciones con su homólogo ruso, sin éxito.
Las disculpas oficiales y el restablecimiento de las relaciones
Después de varios meses de tensiones entre ambos países, Erdogan decidió ceder ante las presiones internas y externas que pusieron a Turquía en una posición muy incómoda a nivel mundial. De esta forma, el presidente turco envió una carta a Putin, en la que felicitó a pueblo ruso por el Día de Rusia el pasado 12 de junio y expresó su deseo de que las relaciones entre Moscú y Ankara alcancen "el nivel merecido".
Finalmente, el portavoz oficial del Kremlin anunció que el presidente ruso recibió un mensaje de su homólogo turco, en el que se disculpa por el derribo del avión militar ruso Su-24 y la muerte de su piloto. De esta forma, Erdogan hizo un llamamiento a restablecer las relaciones amistosas para combatir el terrorismo y resolver juntos las crisis regionales, negando que Turquía haya tenido una "intención deliberada" de derribar el avión ruso. Además, Turquía señaló que está dispuesta a pagar a Rusia una indemnización por el derribo del Su-24.
La reunión de este 9 de agosto iniciaría el proceso de normalización de las relaciones económicas y políticas entre ambos países. Putin ya ha iniciado el trabajo para el restablecimiento de las negociaciones con Turquía, un hecho que sin lugar a dudas beneficia a ambos países.