Exjefe de Inteligencia de EE.UU.: "No hay pruebas de influencia rusa en las presidenciales"
El exdirector de la Inteligencia Nacional de EE.UU., James Clapper, y la exfiscal general, Sally Yates, testifican este lunes ante el subcomité de Crimen y Terrorismo del Comité Judicial del Senado sobre la presunta injerencia rusa en las presidenciales estadounidenses.
Clapper ha declarado que no vieron "ninguna evidencia de una influencia [por parte de Rusia] en el cálculo de los votos en los 50 estados" durante las elecciones del pasado 8 de noviembre. Según el exdirector de la Inteligencia Nacional, más de 20 analistas de la CIA, el FBI y la NSA elaboraron el pasado 6 de enero un reporte en el que acusaron a Moscú de realizar una "campaña de influencia" durante las elecciones.
Además, Clapper ha declarado que ningún material relacionado con el Partido Republicano fue hecho público durante la campaña presidencial. A ello ya ha reaccionado en su cuenta de Twitter el fundador del portal WikiLeaks, Julian Assange, señalando que con su afirmación Clapper "se confundió o cometió perjurio en el Congreso".
DNI Clapper just misled or perjured himself to Congress saying that there was no release of Republican data. Proof: https://t.co/A2u3YFHShM
— Julian Assange (@JulianAssange) 8 мая 2017 г.
El periodista también ha proporcionado un enlace con los materiales publicados en agosto del 2016 con correos electrónicos que señalan lo contrario a la declaración de Clapper.
El escándalo de Flynn
Una de las cuestiones que se encuentran en el centro de la sesión es el escándalo acerca de Michael T. Flynn, exasesor de Seguridad Nacional del presidente de EE.UU., Donald Trump. El exmilitar se vio obligado a dimitir el pasado mes de febrero por haber negado los contactos mantenidos con el embajador ruso en EE.UU., Serguéi Kisliak.
Yates fue nombrada por el expresidente Barack Obama y despedida por Trump por haberse negado a ejecutar la orden que restringe la entrada y permanencia en EE.UU. de los ciudadanos de siete países musulmanes. Yates ha señalado que el pasado 26 de enero se dirigió al Consejo de la Casa Blanca junto con otro oficial del Departamento de Justicia, ya que creían que "el vicepresidente [Mike Pence] estaba haciendo inconscientemente declaraciones falsas al público".
Flynn dimitió en febrero pasado sin haber cumplido un mes en el cargo, tras conocerse que había mantenido unas conversaciones telefónicas con Kisliak y no había comunicado al vicepresidente de EE.UU. su contenido.
Yates ha indicado haber advertido a la Casa Blanca más de dos semanas antes de la renuncia de Flynn sobre el hecho de que el entonces asesor de Trump podría haber sido "chantajeado" por Moscú. Según la exfuncionaria, Rusia habría sabido sobre los contactos entre Flynn y Kisliak, por lo que el primero "fue comprometido acerca de los rusos".
La exfiscal general ha señalado que su conocimiento del "comportamiento subyacente" de Flynn se basa en una información clasificada, por lo que no ha proporcionado más detalles acerca de los contactos del exasesor con Rusia.
"No tomaron medidas"
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha confirmado que Obama se había pronunciado en contra de Flynn durante la reunión de transición con Trump el pasado 10 de noviembre. Spicer ha cuestionado por qué la administración Obama había permitido a Flynn viajar a Rusia y no había revocado su autorización de seguridad. "Si estaban preocupados, ¿por qué no tomaron ninguna medida?", se ha preguntado Spicer.
"Que lo explique bajo juramento"
Clapper y Yates han negado haber filtrado materiales relacionados con Trump o sus asociados a la prensa. Poco antes el presidente estadounidense instó en su cuenta personal de Twitter que Yates fuese cuestionada bajo juramento sobre la información clasificada. "Pregunten a Sally Yates, bajo juramento, si sabe cómo información clasificada llegó a los periódicos después de que ella la explicase al Consejo de la Casa Blanca".
Ask Sally Yates, under oath, if she knows how classified information got into the newspapers soon after she explained it to W.H. Counsel.
— President Trump (@POTUS) 8 мая 2017 г.
"Instrumento de rusofobia"
Por su parte, las autoridades rusas han refutado en varias ocasiones cualquier acusación de injerencia en el proceso político del país norteamericano y han señalado que Washington no ha presentado ninguna evidencia al respecto.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, señaló que las acusaciones a Rusia por su supuesta injerencia en los asuntos estadounidenses, en particular en las elecciones de 2016, son infundadas. "Creo que esas acusaciones son completamente infundadas, al menos no conozco ningún hecho que las confirme", aseveró.
Según el ministro de Exteriores ruso, durante la campaña electoral esas acusaciones se usaron como una herramienta que el Partido Demócrata consideró como "una manera eficiente para conseguir el apoyo del pueblo estadounidense, jugando con sus sentimientos, según los cuales nadie debe intervenir en los asuntos estadounidenses". "Es un instrumento de rusofobia", agregó Lavrov.