Expertos de Defensa advirtieron de "irregularidades" en la compra de baterías para el ARA San Juan
Una investigación interna del Ministerio de Defensa de Argentina alertó sobre "irregularidades" en la compra de las baterías para el submarino ARA San Juan, informa el diario La Nación. Expertos de Defensa realizaron la investigación entre 2015 y 2016 y revelaron que la Armada de Argentina no cumplía con los "estándares normativos y operativos para la reparación y el recambio de baterías" y así se beneficiaba a ciertas empresas. Todo esto permitía adquirir artículos con garantías vencidas.
Los investigadores, citados por el periódico, explicaron que "la información colectada" permitió revelar que "esas contrataciones no se ajustaron al procedimiento administrativo reglado", y puso de relieve que los militares encargados de las mismas "posiblemente incurrieron en conductas ilícitas que beneficiaron a las empresas adjudicadas, Hawker Gmbh y Ferrostaal AG".
Estas conclusiones coinciden con las de una auditoría de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) de mayo de 2016, que detectó una serie de graves irregularidades en los suministros de materiales con demoras prolongadas que resultaban en "la pérdida del período de garantía" de las baterías.
Actualmente, las autoridades se centran en la búsqueda del ARA San Juan, desaparecido el 13 de noviembre cerca de las costas argentinas. En las labores de búsqueda participan otros países, entre ellos EE.UU., Chile, Brasil, Reino Unido, Francia, Alemania, Perú, Uruguay, Colombia y Rusia, que recién envió un buque oceanográfico a la zona.
Por su parte, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, aseguró este viernes que el sumergible estaba "en perfectas condiciones" para navegar y "sufrió aparentemente una explosión". Macri asevera que esta situación requiere una "investigación seria", pero cree que no hay que "aventurarse a buscar culpables hasta que no se disponga de la información completa".
El miércoles se detectó una "anomalía hidroacústica" en la zona de búsqueda del submarino, exactamente a 30 kilómetros al norte de su última posición conocida. Un día después, la Armada confirmó que ese evento es "consistente con una explosión", y subrayó que no hay indicios que demuestren que el submarino fuera atacado.