Europa necesita reemplazar a EE.UU. como líder mundial, puesto que Washington ya no desempeña este papel, afirmó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, tras el anuncio de la retirada de EE.UU. del pacto nuclear con Irán. La pregunta es si puede la UE sustituir al país norteamericano.
"A estas alturas tenemos que reemplazar a EE.UU., que ha perdido vigor como actor internacional y por lo tanto, a largo plazo, influencia", dijo Jean-Claude Juncker en el parlamento regional flamenco este miércoles.
El funcionario europeo acusó a EE.UU. de la negativa de cooperar con otras partes del mundo. El último esfuerzo de los líderes de la UE de ejercer su influencia y convencer al presidente estadounidense, Donald Trump, para que no saliera del Plan de Acción Integral Conjunto acabó fracasando.
Ahora los líderes europeos se han comprometido a colaborar y hacer todo lo posible para mantener en vigor el pacto con Irán. Rusia, China y el propio Irán también han reafirmado sus obligaciones bajo el acuerdo.
¿Gigante económico y político?
Si bien la UE es comparable a EE.UU. en algunos indicadores económicos generales como el PIB en precios actuales, la estructura del bloque europeo es mucho más heterogénea, ya que todavía hay una gran brecha económica entre las prósperas naciones occidentales y los nuevos miembros orientales.
Además, el futuro económico de la UE es incierto, ya que se espera que el bloque pierda uno de sus principales contribuyentes netos, el Reino Unido. La perspectiva del 'Brexit' ya ha obligado a Bruselas a elaborar un nuevo presupuesto de la UE que implica recortes de gastos y al mismo tiempo demanda una mayor contribución financiera de los Estados miembros.
Es probable que estas iniciativas provoquen indignación en los países de Europa del Este, que siguen siendo los principales receptores de los llamados fondos de cohesión, utilizados para el desarrollo de las naciones europeas más pobres.
La unidad de la UE la erosionan también los problemas políticos. La UE aún se esfuerza por desarrollar una política común respecto a los refugiados, mientras sus miembros orientales se niegan con vehemencia a aceptar más inmigrantes, algo que Bruselas exige.
Recientemente, Europa también se ha enfrentando a una ola de populismo junto con el surgimiento de la derecha en muchos países, otro de los dolores de cabeza para Bruselas. Las autoridades de la UE están particularmente en desacuerdo con Polonia y Hungría, a las que han acusado de socavar el imperio de la ley. La UE ya amenazó repetidamente a ambos países con sanciones, que Varsovia y Budapest interpretan como una presión política.
Además, Francia y Alemania parecen estar impulsando una reforma profunda de la UE, pidiendo aún más cohesión dentro del bloque, ya que una parte significativa de la población europea parece recelar del bloque en su forma actual.
Enano militar
EE.UU. puede haber "perdido vigor", pero aún financia gran parte de la defensa europea a través de la OTAN. La ambición de Juncker de una UE que ostente el liderazgo global podría verse obstaculizada precisamente por la falta del poder militar de Europa.
Washington está gastando alrededor de 2,5 veces más en la OTAN que el resto de los aliados combinados, y Donald Trump ha atacado repetidamente a las naciones europeas por aportar menos que EE.UU. Actualmente solo cinco de los 29 países de la OTAN —EE.UU., el Reino Unido, Estonia, Grecia y Polonia— aportan un 2% de su PIB a la Alianza.
El plan militar conjunto de Europa fue promocionado por primera vez en la década de 1950, y todavía está muy lejos de convertirse en realidad. El pacto de la Cooperación Estructurada Permanente (CEP), que es lo más parecido a un tipo de acuerdo de cooperación militar en la UE, solo entró en vigor en diciembre de 2017. Implica un número limitado de proyectos de cooperación, como un equipo de respuesta rápida cibernética y un mando médico europeo, y aún no está claro si todas estas piezas funcionarán según lo previsto.
Asimismo, incluso la locomotora europea, Alemania, parece estar sufriendo una crisis en sus Fuerzas Armadas. El Bundeswehr, uno de los mayores ejércitos de la OTAN, ha sido recientemente una fuente constante de noticias sobre aviones que no pueden volar y tanques con fallos técnicos. Por si eso fuera poco, en algún momento Alemania se quedó efectivamente sin su flota submarina operacional.
La guinda a este cúmulo de desacreditaciones es el golpe que ha sufrido recientemente la reputación del Ejército alemán a raíz de una serie de escándalos, desde violaciones y abusos sexuales hasta las presuntas simpatías nazis de algunos soldados.
En febrero de 2018 se dio a conocer que Alemania no está preparada para dirigir en 2019 la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN, que contabiliza 5.000 personas.
Con tantos problemas internos socavando la ambición de liderazgo mundial para la UE, el bloque podría tener que quedarse detrás de EE.UU.