Alexéi Navalny regresa a Rusia
Alexéi Navalny regresó este domingo a Moscú. Desde agosto el opositor ruso se encontraba en Alemania, donde recibía tratamiento tras sufrir un supuesto envenenamiento.
El vuelo DP936 procedente de Berlín aterrizó a las 20:12 (hora local) en el aeropuerto internacional de Moscú-Sheremétievo. Inicialmente, debía aterrizar en el aeropuerto de Vnúkovo, también en la capital rusa. "Debido al cierre de Vnúkovo por razones técnicas, tres de nuestros vuelos volaron a aeródromos alternativos", explicaron desde el servicio de prensa de la aerolínea Pobeda, que trasladó al opositor a Moscú.
Previamente este jueves, el Servicio Penitenciario Federal de Moscú declaró que planea detener al opositor a la espera de una decisión judicial para reemplazar su prisión condicional por una sentencia real en relación con su condena por el caso de fraude vinculado con la empresa Yves Rocher Vostok.
A finales de 2014, un tribunal de Moscú declaró a Alexéi Navalny y a su hermano Oleg culpables de fraude masivo y fraude a gran escala en el ámbito de la actividad empresarial, así como de la legalización de dinero obtenido por medios delictivos. Según la sentencia, los hermanos robaron 26,8 millones de rublos (más de 363.000 dólares) de la empresa Yves Rocher y 4,5 millones de rublos (más de 60.000 de dólares) de otra compañía relacionada con el caso.
De acuerdo con el Servicio Penitenciario Federal de Moscú, durante 2020 Navalny "violó de manera sistemática y reiterada las condiciones del período de prueba" al no presentarse varias veces a una inspección penitenciaria, una medida con la que, según las leyes rusas, es necesario cumplir tras ser sentenciado a prisión condicional.
Además, a finales de diciembre, el Comité de Investigación de Rusia anunció que abrió un caso penal contra Navalny por malversación de donaciones recibidas por varias de sus organizaciones y que alcanzan un valor de 356 millones de rublos (más de 4,8 millones de dólares). El opositor, por su parte, aseguró que esta causa penal se produce como respuesta a la investigación sobre su supuesto envenenamiento.
El caso Navalny
El pasado 20 de agosto, Navalny se sintió mal durante un vuelo de Tomsk a Moscú, por lo que el avión en el que viajaba aterrizó de emergencia en la ciudad rusa de Omsk, donde el opositor fue hospitalizado en estado grave y tuvo que ser conectado a un respirador. Los médicos del hospital de emergencias de Omsk afirmaron no haber encontrado ningún rastro de veneno en el organismo del paciente, y el diagnóstico principal que manejaron fue el de trastorno metabólico.
A petición de la familia, el opositor fue trasladado a Alemania, donde ingresó en el hospital Charité de Berlín. Allí, el diagnóstico inicial fue que sufrió una intoxicación con una sustancia del grupo de los inhibidores de la colinesterasa. En respuesta, desde la delegación en Omsk del Ministerio del Interior de Rusia confirmaron que no se habían encontrado sustancias potentes o narcóticas en los análisis a Navalny durante sus inspecciones.
El 2 de septiembre, el Gobierno alemán anunció que los resultados de las pruebas del laboratorio especial de las Fuerzas Armadas germanas concluyeron que el opositor ruso había sido envenenado con un agente químico nervioso del grupo Novichok.
Moscú declaró que desde el primer momento no ha ocultado nada sobre el caso del opositor ruso, y que busca establecer un diálogo con sus colegas de Alemania para recibir información sobre la sustancia que, según sus estimaciones, estaba presente en el cuerpo de Navalny.
A mediados de diciembre, los portales Bellingcat y The Insider publicaron una investigación conjunta con la CNN y Der Spiegel, en la cual afirmaron que habían identificado a los implicados en el supuesto envenenamiento de Navalny. En ese trabajo se alega, en particular, que un grupo de integrantes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) estuvo siguiendo los pasos del opositor durante años y está detrás del presunto intento de matarlo.
Comentando esas publicaciones, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró el pasado 17 de diciembre que "no es una investigación, sino la legalización de materiales de los servicios especiales estadounidenses", y sugirió que Navalny cuenta con el apoyo de servicios de inteligencia extranjeros.
Previamente, el mandatario ruso señaló que la Fiscalía General y el Comité de Investigaciones están revisando toda la información disponible acerca del posible envenenamiento de Navalny, pero no pueden abrir un caso penal por falta de evidencias relevantes. Putin recordó que la Fiscalía rusa ha pedido repetidamente a sus socios extranjeros que le envíen "al menos una conclusión oficial escrita sobre los resultados de su investigación". Según el mandatario, no solo "nadie" entrega a Rusia los materiales que pide, sino que tampoco nadie puede "explicar por qué" no lo hacen. "Estamos listos para aceptarlos: vengan con los materiales, muéstrennos dónde está ese 'Novichok'", señaló Putin.