DEFCON 4: Estamos al borde de la guerra nuclear, pero en vez de Kennedy y Jruschov tenemos a Trump
Cuando Donald Trump estaba en plena carrera a la Casa Blanca, muchos decidieron votarle y otros apoyarle desde los medios de comunicación y la opinión pública porque era un hombre de negocios, alguien práctico, que había criticado hasta la saciedad la gestión del entonces presidente Barack Obama y su secretaria de Estado Hillary Clinton en las crisis de Libia, Siria y Ucrania que llevaron, entre otras cosas, a la consolidación del Estado Islámico y a un conflicto diplomático con Rusia. En definitiva: se nos vendió a Trump como un hombre de paz.
Bombardeo a Siria
La primera señal de alarma llegó el pasado 7 de abril, cuando Trump decidió atacar de forma unilateral a Siria en respuesta a un supuesto ataque químico perpetrado por el gobierno de Bashar al Assad.
Posteriormente, en contra de lo que él mismo había criticado, decidió llevar a cotas más altas el enfrentamiento con Rusia, al hacer seguidismo a parte de los congresistas demócratas y republicanos, amén de medios de comunicación, que esparcen un día sí y otro también la rusofobia entre el pueblo estadounidense y todo aquel en el mundo que quiera comprar ese discurso: el 'Russiangate'. El cenit fue su rúbrica en el paquete de sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte, realizada el 2 de agosto, mientras decía que "esta ley es significativamente defectuosa".
DEFCON 4
Precisamente esas sanciones, aderezadas con decenas de tuits amenazantes e irresponsables para un mandatario de primer nivel, nos han llevado a la situación actual: los prolegómenos de una guerra en la península de Corea.
Quien ha hablado más claro al respecto ha sido el excongresista y precandidato presidencial Ron Paul, quien opina que Trump tiene serias intenciones de comenzar un nuevo conflicto bélico: "Parece estar impaciente y corre hacia al menos una guerra desastrosa. Tal vez dos. La gran pregunta es: ¿Quién será primero? ¿Corea del Norte o Irán?". Así lo plasmó días atrás en su portal, Ron Paul Institute for Peace and Prosperity.
En los últimos días, tanto Washington como Pionyang han protagonizado un intercambio de amenazas que ha agravado la situación en la península coreana y ello ha motivado que el sistema de alerta nuclear de Estados Unidos haya elevado este lunes el nivel de alarma a DEFCON 4 debido al "preocupante" escenario de un posible conflicto armado. Con esto ya estamos a tres pasos del desastre.
Guam, ¿la clave?
Pionyang ha pasado en cuestión de pocos meses de realizar pruebas nucleares y de misiles (muchas de ellas fallidas) y sobre todo muchos videos de propaganda, a entrar en 'la carrera espacial' realizando lanzamientos de diversos misiles (aseguran que intercontinentales) y sacando a la luz pública un plan concreto para atacar la isla de Guam, que alberga una importante base de EE.UU. en Asia.
La información de la agencia norcoreana KCNA indica que Pionyang podría lanzar cuatro misiles balísticos de alcance intermedio Hwasong-12 contra la instalación estadounidense en esa isla del océano Pacífico, informó Reuters
Asimismo, Corea del Norte ha precisado que completará su plan ofensivo a las aguas próximas a Guam a mediados de agosto y, cuando eso suceda, se limitará a esperar una orden de ataque del líder norcoreano, Kim Jong-un.
¿Trump, a la espera de su Pearl Harbor?
Si Trump quiere emular a su predecesor Franklin D. Roosevelt, quien el 7 de diciembre de 1941 permitió que el Imperio de Japón lanzara un ataque contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor (Hawái) llevado a cabo por 353 aeronaves que incluían cazas de combate, bombarderos y torpederos que despegaron desde seis portaaviones, que causó la muerte de 2.403 estadounidenses, la pérdida de 188 aeronaves y el hundimiento de varios buques, muchos expertos le desaconsejan llegar a ese extremo.
Uno de ellos es el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Harvard, Stephen Walt, quien considera "un error enorme, que todavía se puede evitar", el intento de solucionar con métodos bélicos el problema de las armas nucleares de Corea del Norte, en un artículo publicado por la revista 'Foreign Policy'. La idea de una operación militar limitada contra Pionyang le parece inconsistente, porque es "improbable que reciba un ataque de EE.UU. sin hacer nada en respuesta". Así, con gran probabilidad ese intento hundiría a Asia-Pacífico en una guerra.
Ron Paul critica ya no solo las amenazas mediante Twitter o declaraciones incendiarias de Trump, si no las exhibiciones armamentísticas ordenadas por el mandatario en la península coreana, como el vuelo de los bombarderos B-1, dado que son "un claro mensaje de que está listo para atacar".
Otra voz que se une a este coro de moderación es la de la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, quien en una entrevista este martes con la emisora letona Baltkom, señaló que gracias a su perseverante retórica Washington y Pionyang prestan poca atención a las posibles consecuencias de dicho enfrentamiento.
La crisis de los misiles, ¿lección no aprendida?
Enunciados como 'el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla' y 'el hombre es el único ser capaz de tropezar dos veces con la misma piedra' cobran gran vigencia estos días. La crisis de los misiles en Cuba, como se denominó al conflicto entre los EE.UU., la Unión Soviética y Cuba en octubre de 1962, generado a raíz del descubrimiento por parte de EE.UU. de bases de misiles nucleares de alcance medio soviéticos en territorio cubano, fue la vez que nuestro planeta ha estado más cerca de la Tercera Guerra Mundial: una guerra nuclear, hasta ahora.
En aquel entonces en medio de un gran nerviosismo los líderes de ambas naciones, John F. Kennedy y Nikita Jruschov, sin dar muestras de debilidad ni de derrota para ninguna de ambas potencias, evitaron el conflicto mediante el diálogo y una serie de compromisos y acuerdos a fin de evitar una guerra directa. Como consecuencia se creó el famoso 'teléfono rojo', una línea de comunicación directa entre la Casa Blanca y el Kremlin, con el fin de agilizar las conversaciones entre ambas potencias durante períodos de crisis.
Lamentablemente para nosotros, ahora no tenemos a Kennedy ni a Jruschov, si no a dos personas que no quieren escuchar a otras más sabias, que al parecer no ven más allá de sus egos ni de su afán de sobrevivir. Y por ello estos días, donde las agencias de noticias se afanan en mostrar cómo es la isla de Guam y cómo luce su 'skyline', pueden ser decisivos y quizá el comienzo del fin si alguien no lo remedia.
Mientras, Kim y Trump siguen a lo suyo: Pionyang podría estar preparando la prueba de un misil balístico, según informó este martes la radio surcoreana KBS World Radio. Trump, por su parte, aseguró que si Corea del Norte agrava la amenaza nuclear la respuesta de Washington sería "el fuego y una furia que el mundo nunca ha visto".
Desde Moscú se observa con temor la escalada. "Rusia y China han presentado un plan para superar esta crisis a través de un doble congelamiento: que EE.UU. y Corea del Sur congelen sus maniobras militares, que son una provocación, y por su parte, que Corea del Norte congele sus pruebas (de misiles), que han sido condenadas por la ONU", insistió Zajárova, en un esfuerzo casi desesperado para que ambas partes dejen de seguir apagando el fuego con gasolina.
Henry A. Pinto Periodista y asesor político
Twitter: @hapinto2
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