La deuda de Portugal, a nivel de 'bono basura'
En medio de la huelga general que sacude Portugal, la agencia estadounidense de calificación Fitch ha rebajado en un grado la nota de solvencia del país.
En vez de BBB-, el estado tiene ahora BB+, lo que representa una graduación restringida a los especuladores, denominada 'bono basura'. Según Fitch, a medio plazo Portugal tiene una perspectiva negativa y en un futuro próximo su calificación podría sufrir más rebajas.
La agencia justifica su decisión por los grandes desequilibrios fiscales que sufre el país y el endeudamiento agudizado en todos los sectores.
'Huelga radical'
Portugal está este jueves en huelga general por segunda vez en lo que va del año a causa de las severas medidas de austeridad que el Gobierno sigue aplicando a cambio de las ayudas financieras de la Unión Europea. Con estas medidas antipopulares, pretende reducir el déficit presupuestario y cumplir las medidas de la UE para pagar el rescate de más de 100.000 millones de dólares.
El paro fue convocado por los sindicatos lusos. En la huelga participan varios cientos de miles de trabajadores del transporte público, maestros y personal de los hospitales que no están de acuerdo con los recortes salariales, a las pensiones y a los subsidios sociales. Empezó a la medianoche, con lo que se han interrumpido numerosos vuelos internacionales.
Portugal está en huelga general por segunda vez en lo que va del año. En la huelga participan varios cientos de miles de trabajadores del transporte público, maestros y personal de los hospitales que no protestan contra los recortes salariales, a las pensiones y a los subsidios sociales.
Y aunque la huelga pueda parecer una acción demasiado radical, actualmente incluso los políticos moderados, como el ex presidente luso Mario Soares, la apoyan, entre otras cosas porque -como asegura el periodista y escritor Juan Domingo Sánchez- en época de crisis “sólo un aumento de la radicalidad permitirá encontrar soluciones” .
Estas son las medidas que el Gobierno de centro derecha luso propone con el fin de reducir el déficit presupuestario y cumplir las medidas de la Unión Europea para pagar el rescate de más de 100.000 millones de dólares.
Entre la espada y la pared
Portugal junto a Grecia, Irlanda, Italia y España son de los países europeos más afectados por la crisis económica global. Con la llegada de la recesión, sus gobiernos se vieron entre la espada y la pared.
Por un lado, las potencias europeas les exigen reducir el déficit público para cumplir con las normas de la Unión Europea y recibir ayuda financiera. Por otro lado, sus pueblos 'indignados' protestan activamente contra estas medidas que implican importantes recortes sociales. Las manifestaciones masivas en Grecia han terminado en enfrentamientos con la policía, mientras miles de españoles del movimiento 15-M ‘ocupan’ las plazas y calles de sus ciudades desde mayo del 2011.
En estas condiciones, “la única esperanza para Europa sería aceptar la suspensión de pagos de la deuda”, opina Sánchez. Se trataría del mismo camino tomado por tales países como Ecuador y Argentina que -recuerda el experto- “ahora han retomado el sendero de crecimiento y pueden aplicar políticas sociales mínimas en la enseñanza, la sanidad, etc.”.
Según declara Sánchez a RT, el problema reside en que “incluso si se pagara la deuda con todos los recursos posibles, hasta la última gota de sangre, los países iban a verse hundidos en la más profunda depresión económica”.
Un giro de 180 grados
Ante el doble reto, Europa atestiguó una ola de dimisiones de gobiernos y elecciones anticipadas. Así, la difícil situación en el país provocó la caída de los socialistas el pasado mes de junio y la formación de un gobierno nuevo, encabezado por la centro derecha de Pedro Passos Coelho. Sin embargo, el desacuerdo social parece constante.
Un giro político de 180 grados también hizo España, tras el triunfo del Partido Popular en las elecciones generales anticipadas del pasado 23 de noviembre y la caída del Partido Socialista Obrero Español. E igual que en el país vecino, las perspectivas para salir de la crisis son inciertas.