EE.UU. expulsa a 35 diplomáticos rusos y cierra dos supuestos complejos de Inteligencia
Estados Unidos ha ordenado expulsar y declarar como personas non grata a 35 integrantes de las misiones diplomáticas de Rusia en territorio estadounidense, así como cerrar dos supuestos complejos de la Inteligencia rusa presentes en Maryland y Nueva York en respuesta a una supuesta campaña de acoso del Kremlin contra diplomáticos estadounidenses en Moscú, informa Reuters.
Una nota de prensa publicada por la Casa Blanca, justifica esta medida por los supuestos ciberataques rusos sufridos por el país durante la campaña electoral y las elecciones presidenciales.
"Esta decisión fue tomada como medida de respuesta frente al acoso de Rusia sobre los diplomáticos estadounidenses y por las acciones de sus homólogos rusos, que hemos considerado incompatibles con la práctica diplomática", declaró este viernes un alto funcionario de EE.UU. bajo condición de anonimato.
Asimismo, los diplomáticos sancionados por Washington tienen 72 horas para abandonar EE.UU., mientras que el acceso a los dos supuestos complejos de Inteligencia rusa, desde donde -según la Casa Blanca- se realizaban acciones de ciberespionaje por parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y el Departamento Central de Inteligencia (GRU), estará prohibido para todos los funcionarios rusos a partir de la tarde de este viernes.
"Seguiremos dando pasos de diversa índole cuándo y dónde decidamos, algunos de los cuales no serán dados a conocer públicamente. Estados Unidos y nuestros amigos y aliados en todo el mundo debemos trabajar conjuntamente para oponernos a los esfuerzos de Rusia para socavar las normas internacionales de comportamiento y para interferir en los gobiernos democráticos", reza la nota de prensa de la Casa Blanca.
La reacción de Moscú
En un primer momento, el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores de Rusia declaró que estas nuevas sanciones son "contraproducentes", porque van a "dificultar el restablecimiento de las relaciones bilaterales" entre ambos países.
Sin embrago, a pesar de la propuesta del ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, de sancionar equitativamente a los diplomáticos estadounidenses presentes en territorio ruso, el presidente Vladímir Putin anunció al día siguiente que "Rusia no va a expulsar a nadie en respuesta a las acciones de EE.UU.", que calificó de "diplomacia 'de cocina'".
Los halagos de Trump
Tras el anuncio de las sanciones antirrusas impuestas por la Casa Blanca, Trump manifestó que su país debe "seguir adelante" y prometió reunirse con los jefes de la Inteligencia estadounidense. Más tarde, tras conocer la respuesta del mandatario ruso, el presidente electo de EE.UU. calificó de "inteligente" la decisión de Putin: "Un gran movimiento postergado por V. Putin. ¡Siempre supe que era muy inteligente!"
Acusaciones sin fundamento
El pasado mes de octubre, la CIA presentó un análisis en el que acusa a Rusia de intervenir con ayuda de piratas informáticos en el curso de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 para ayudar a Donald Trump a ganar en las urnas a su rival demócrata. Sin embargo, la Oficina del Director de la Inteligencia Nacional (ODNI, por sus siglas en inglés) no respalda dicha información y asegura que no cuentan con pruebas que confirmen las acusaciones.
Según el informe de la CIA, los supuestos 'hackers' rusos vulneraron cuentas de correo tanto de del Partido Demócrata de Hillary Clinton, como del Republicano de Donald Trump. Por su parte, el Kremlin declara que Washington debe presentar pruebas fehacientes de los supuestos ciberataques por parte de Rusia durante la campaña electoral estadounidense o, de lo contrario, dejar de lanzar acusaciones.
Por su parte, el portal de filtraciones WikiLeaks sostiene a través de de su cuenta oficial en Twitter que la "prohibición de Obama para impedir a los diplomáticos acceder a dos de sus propiedades en EE.UU. sería una violación de la Convención de Viena".
Además, WikiLeaks destaca que el informe conjunto presentado por el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., que describe las supuestas herramientas e infraestructuras empleadas para 'hackear' varias organizaciones del Partido Demócrata, en realidad "excluye de responsabilidad" a ambos organismos estadounidenses sobre el contenido del mismo.