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Un año del operativo antiterrorista ruso en Siria: 5 hitos clave

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El 30 de septiembre de 2015 la Fuerza Aeroespacial rusa llevó a cabo sus primeros ataques contra objetivos terroristas en Siria. A continuación les presentamos los éxitos rusos en la lucha contra los yihadistas.
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Moscú se unió hace justo a un año a la campaña antiterrorista en Siria. Al eliminar a miles de yihadistas, Rusia sufrió pérdidas militares, pero se convirtió en una de las fuerzas impulsoras del proceso de reconciliación nacional. Rusia se convertía en el único Estado que recibió una solicitud oficial del presidente sirio, Bashar al Assad, para llevar a cabo ataques aéreos en el país.

El 30 de septiembre de 2015 los aviones de combate rusos llevaron a cabo sus primeros ataques contra objetivos terroristas en Siria, atacando las posiciones del Estado Islámico cerca de las ciudades de Homs y Hama. Los aviones de combate rusos fueron operados desde la base aérea siria de Jmeimim, que se encuentra en la región de Latakia. En ese momento la coalición liderada por EE.UU. ya llevaba activa en el país árabe más de un año.  

Liberación de Palmira

Como parte de su operativo, la Fuerza Aeroespacial rusa fue clave gracias a su ayuda al Ejército sirio en la liberación de Palmira, ciudad patrimonio de la humanidad. La antigua ciudad había permanecido bajo el control del Estado Islámico desde mayo del año 2015 antes de ser recuperada por fuerzas gubernamentales apoyadas por ataques aéreos rusos en marzo de este año.

Los yihadistas habían destruido numerosos monumentos históricos durante la ocupación. Enorme fue la tarea para los zapadores rusos y sirios que posteriormente desactivaron las miles de minas dejadas por los terroristas en su retirada. Después de la liberación de la devastada urbe, el director de orquesta ruso de fama mundial Valeri Guérguiev dirigió un concierto en la propia Palmira para apoyar su restauración y honrar a las víctimas de la guerra.

Derribo del Su-24

La operación militar rusa en Siria se vio empañada por el trágico suceso ocurrido a finales de noviembre del año pasado, cuando la aviación turca derribó un avión militar ruso Su-24 cerca de la frontera entre Siria y Turquía. Uno de los dos pilotos murió y el otro pudo ser rescatado. Ankara afirmó que el avión ruso violó su espacio aéreo, pero Moscú insistió en que que los Su-24 volaban sobre la frontera con Siria. Durante sus operaciones de rescate las fuerzas rusas también perdieron un helicóptero que fue atacado desde tierra por los yihadistas.

Como reacción al derribo del avión, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó el incidente de "puñalada por la espalda". Posteriormente, Moscú impuso sanciones contra Turquía y prohibió a las compañías turísticas vender viajes y efectuar vuelos chárter a Turquía, popular destino de veraneo entre los rusos. En junio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se disculpó por el ataque en una declaración escrita, que acabó permitiendo la normalización de las relaciones bilaterales.

Durante su campaña aérea rusa en Siria las Fuerzas Aeroespaciales perdieron tres helicópteros más. Uno de los helicópteros fue derribado en la provincia de Idlib en julio después de que entregara ayuda humanitaria a la población civil en la asediada ciudad de Alepo.

Reducción de la presencia militar

A mediados de marzo, el presidente ruso Vladímir Putin ordenó la retirada de la mayoría de los aviones de combate rusos y de personal de Siria, anunciando que la mayor parte de la operación había terminado. 

"El objetivo asignado al Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas en su conjunto ha sido cumplido, de manera que he ordenado iniciar a partir de mañana la retirada de la parte principal de nuestros grupos militares de la República Árabe Siria", anunció el líder ruso.

Las autoridades rusas explicaron que los aviones de combate llevaron a cabo más de 9.000 vuelos de combate y liberaron 400 localidades sirias de las garras de los terroristas. Además, mencionaron que fueron llevados a cabo ataques con armas de precisión a una distancia de más de 1.500 kilómetros. Un contingente limitado de aviones rusos siguió ayudando a las tropas del Gobierno sirio en la lucha contra los yihadistas en todo el país.

Asistencia humanitaria

En el transcurso de la misión Moscú estableció el Centro Ruso para la Reconciliación de las Partes en Conflicto en Siria. La entidad tuvo la tarea de ayudar a supervisar el cese de hostilidades y poner en práctica las propuestas internacionales de paz sobre el terreno.

El 28 de julio de este año, el Centro y el Gobierno sirio introdujeron tres "corredores seguros" para los civiles dispuestos a abandonar el asediado Alepo. El plan también contemplaba un paso separado para los militantes que querían deponer las armas. Los pasillos también fueron utilizados en gran medida para entregar ayuda humanitaria, incluidas medicinas y agua a la población. La ONU estima que alrededor de 250.000 residentes se encontraban muy necesitados de suministros básicos.

Proceso de paz

Junto a EE.UU., Rusia ha sido clave en la negociación de una solución política para Siria. Tras las maratonianas conversaciones en Ginebra de febrero, el canciller ruso Serguéi Lavrov y su homólogo estadounidense John Kerry negociaron un acuerdo sobre el cese de las hostilidades en Siria.

La escalada de violencia en toda Siria obligó a Rusia y EE.UU. a reconocer que el alto el fuego tenía que ser renegociado. Una nueva ronda de encuentros dio lugar a un nuevo acuerdo sobre el cese de hostilidades, el cual fue anunciado por Lavrov y Kerry el 9 de septiembre en Ginebra. Lo pactado formaba parte de un plan de paz más amplio, que también contemplaba la entrega de ayuda humanitaria a Alepo. Finalmente, el acuerdo, que excluía a los grupos terroristas, entró en vigor el 12 de septiembre. Sin embargo, desde entonces se ha visto afectado por numerosos infracciones.

Solo tres días después, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, afirmó que los rebeldes apoyados por EE.UU. habían intensificado "el bombardeo de zonas residenciales" en Alepo. Moscú también exigió a Washington que utilice su influencia para persuadir a las fuerzas rebeldes que se separen de los yihadistas en Siria.

Hoy el acuerdo sobre Siria entre Moscú y Washington pende de un hilo. Desde Moscú lamentan que EE.UU. rechace cumplir "el parámetro principal" de los acuerdos: la separación de la llamada oposición moderada de los terroristas, empezando por el Frente al Nusra, según el portavoz del presidente de Rusia, Dmitri Peskov.

El Kremlin constata que Washington se ha mostrado incapaz de influir "de alguna manera" en la situación en Siria y lamenta que "se escuche en estos últimos días una retórica no constructiva" desde EE.UU.". Sin embargo, Moscú insiste en diálogo porque servirá "para hacer más eficaz la lucha contra los terroristas en Siria".

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