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Este es el hombre que viaja al Mundial en un tractor de 1936 con un 'barril de cerveza'

12 jun 2018 21:59 GMT
Este es el hombre que viaja al Mundial en un tractor de 1936 con un 'barril de cerveza'

A lo largo de cuatro años, Hubert Wirth, jubilado alemán, ahorró para cumplir su sueño de viajar sin ninguna prisa y conociendo a montones de personas.

Un alemán decidió atravesar fronteras y viajar al Mundial de fútbol en un tractor de 1936 cargado con 'un barril de cerveza'. Periodistas bielorrusas lograron encontrarlo en su camino y lo entrevistaron.

Hubert Wirth, así se llama el aventurero, trabajó durante 30 años como mecánico en Mercedes-Benz y sabe todo cuanto es preciso conocer acerca de la velocidad en carreteras. Y es justo por eso que viajar en sosiego le da tanto placer.

"Viajo en un tractor. Así se vive más lento: tienes tiempo para contemplar los paisajes, conocer a la gente, parar de vez en cuando. El intercambio de experiencias es importante para mí. Un viaje no es salir en avión y del avión al taxi y al hotel, sino conocer la gente, eso es importante", dice.

Hubert tiene 70 años y está jubilado. Durante cuatro años ahorró para cumplir su sueño de comprar un tractor. "Lo reparé y ahora funciona. Por eso digo que, sí, somos dos viejitos, pero nos llevamos bien".

Emprender un viaje como este, de Alemania a Moscú y a paso de tractor, no es nada fácil. Tampoco lo fue conseguir entradas para los partidos del Mundial, ya que se adjudicaron por sorteo, organizado por la FIFA.

"Yo mismo llamé, aunque entendía que millones hacían lo mismo, y explique que iría en un tractor y que por eso necesitaba comprar antes las entradas. Finalmente, decidí empezar el viaje y las entradas me las envió un amigo mío a Varsovia".

Antes de emprender este periplo, Hubert y su tractor habían ya cubierto ocho mil kilómetros de carretera por Europa. Dice que la gente se muestra siempre sorprendida al verlo viajar de esa manera. Y asegura que para él, por el contrario, no hay en eso nada de extraordinario.

Su ruta actual es de 2.300 kilómetros. En ese largo camino lo acompaña Jeks, su perro: un dachshund sin demasiado pedigrí. La mascota tiene lugar asignado en el tractor, al lado de su dueño, y al parecer está muy feliz de ir a Moscú.

Siendo alemán, Hubert no pudo dejar de llevar consigo un 'barril de cerveza', aunque en realidad no sea tal sino una casa rodante con esa forma, donde tiene todo lo necesario para una vida feliz de jubilado: cocina, lavabo, hornillas y hasta un piano eléctrico.

El viajero planea visitar Moscú y San Petersburgo y después volver a casa.

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