Luis Francisco Soto
Luis Francisco Soto nació en la Ciudad de México. Periodista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, tuvo su primer acercamiento a los medios de comunicación en la sección política de la versión impresa de Milenio Diario y después pasó a la televisión pública como reportero de Canal Catorce, donde además de cubrir la fuente parlamentaria en la Cámara de Diputados, incursionó en el periodismo multiplataforma.
A la edad de 23 años, ya fungía como coordinador de información e incluso, presentador del programa semanal Radiografía electoral, que daba cuenta de los hechos más relevantes del acontecer en México.
Su reportaje: «Asesinos seriales. Perfil del crimen» fue finalista de los Premios Pantalla de Cristal en la Ciudad de México como mejor investigación en la categoría de Reportajes Noticiosos.
También formó parte de los primeros esfuerzos para llevar a la pantalla chica el detalle de los trabajos de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990, periodo conocido en México como la Guerra Sucia.
En el 2023 arranca el recorrido de Luis Francisco como integrante de la corresponsalía de RT en Español en México.
En su labor en el canal, siempre sigue el hilo del desarrollo de los temas que aborda, informando a los espectadores de cada novedad. Como ha pasado ya en reiteradas ocasiones con las cuestiones de la disputa en torno al maíz transgénico de EE. UU. y México, el fin del título 42 o la repercusión de la sequía del 2023 en el sector agrícola.
Una de las cuestiones que más preocupa a los mexicanos, la creciente criminalidad en el país, se convirtió en la piedra angular de su labor en el canal. Luis Francisco ha investigado una por una las peculiaridades del mundo delictivo en el país norteamericano. Por ejemplo, cómo los cárteles están expandiendo su influencia a más territorios o cómo van introduciendo nuevas tecnologías en su actividad, incluido el uso de drones. Ha estudiado la forma en que las organizaciones criminales se van nutriendo del flujo de armas que llegan desde el vecino norteño. De igual manera, ha abordado las alarmantes cifras del robo de combustible o de los cables de cobre del metro capitalino.
Las elecciones en Guatemala dieron a Luis Francisco la posibilidad de plasmar el proceso político en su plenitud. Además de dar cobertura a las dos vueltas de la votación, siguió de cerca las protestas de la población en defensa de los resultados en las urnas. También abordó en el terreno un tema de actualidad en la región: el margen del uso de la fuerza pública durante masivas manifestaciones o los paros.
Una de las coberturas más extensas de Luis Francisco ha sido la de las protestas en Panamá en el 2023, relacionadas al otorgamiento de una concesión minera a una empresa canadiense. Examinó las razones por las que el sentimiento de ira se fue apoderando de los ciudadanos y los movimientos de las autoridades en el intento de frenar la ola de marchas.
Cuando estaba informando de una protesta estudiantil en las inmediaciones de la sede presidencial en la capital de Panamá, las fuerzas del orden lanzaron una represalia con el uso de gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. El equipo de RT, que también fue víctima de esas acciones, vio cómo los desesperados manifestantes intentaban aliviar la asfixia y otros efectos de las sustancias químicas.
Uno de los involucrados en la expresión de malestar, Saúl Méndez, cree que esta lucha popular tiene carácter patriótico. Luis Francisco tuvo la oportunidad de recoger esta y muchas otras opiniones del líder del sindicato Suntracs para el espacio Entrevista. Además, Méndez hace en el programa un exhaustivo análisis del papel de las élites empresariales panameñas y del modelo neoliberal a nivel regional.
Dentro de los diálogos que ha mantenido Luis Francisco en pantalla, cabe destacar el escalofriante relato de Sonia López, del colectivo Chiul es Memoria. La activista insiste en que la masacre en la aldea guatemalteca que se llevó la vida de más de cien menores debe ser calificada como genocidio. De igual modo, planteó la cuestión de la participación del Estado en estos delitos, un aspecto que incluso a día de hoy conlleva amenazas para los que lograron sobrevivir a las matanzas.