Erick Fonseca Zárate
Erick es, sin duda alguna, el viajero por excelencia del canal. Él es una de las pocas personas que puede decir con toda seguridad que ha visitado Rusia a lo largo y a lo ancho.
Erick Fonseca es originario de la Ciudad de México. Cursó dos años de Ciencia Política en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, formó parte de un grupo teatral a cargo del actor y director Alexánder Mínchenko. En el año 2005 decidió continuar sus estudios de actuación en Rusia y ya para el año 2009 se graduó en el Instituto Teatral Boris Schukin, uno de los más prestigiosos de esa nación.
Se unió al equipo de RT en el año 2009. Hoy en día, es presentador de La lista de Erick. Ve como objetivo del programa, cuyo formato es de “infoentretenimiento”, abrir la puerta a una Rusia poco conocida, llena de encanto, tradiciones e historia. Nada más lejano de los estereotipos negativos que existen.
El recorrido de Erick por Rusia suma a día de hoy más de 350.000 km. Su itinerario ha incluido más de 50 ciudades y centenares de pueblos pequeños. Las Islas Kuriles, Buriatia, Kamchatka, Jakasia, Yamal, la parte más occidental del país con Kaliningrado, la zona del Baikal… son solo algunas de las regiones que ha visitado.
A veces los largos viajes también acaban siendo una prueba de resistencia. Por ejemplo, los radicales cambios de temperatura. Estuvo en Oimiakón, el poblado más frío del mundo, con unos aterradores 59 grados bajo cero. Y también bajo un radiante sol cerca del Mar Caspio con unos sofocantes 43 grados.
En un programa que se graba fuera de los estudios puede pasar de todo. Y aún más si se tiene en cuenta que ya son más de 1.500 jornadas de tomas. Pero ni siquiera las mentes más atrevidas se hubieran imaginado los episodios que dejó la vida real. Como la misteriosa desaparición durante una noche de 100 camellos que tenían que salir a cámara al día siguiente. O la extraña sensación que experimentó Erick en Kamchatka cuando quería salir de la casa para empezar a trabajar y vio que era imposible porque el edificio estaba literalmente sepultado por la nieve.
Erick estuvo a una altitud de 4.900 metros en el monte Elbrús y caminó bajo el hielo del lago Baikal.
La lista de datos impresionantes va mucho más allá. Como el sinfín de platos típicos rusos que ha podido probar Erick: empezando con la carne de reno, pasando por el esturión o la sangre de bisonte europeo y terminando por el célebre caviar negro. Todo un panorama gastronómico del país cuyas tradiciones culinarias son mucho más amplias y variadas de lo que se piensa fuera de sus fronteras.
Las rutas del programa han llevado a Erick a topar con animales salvajes. En varias ocasiones, con osos. Eso sin contar algunos encuentros no siempre amistosos con alces o la exótica aparición de camellos en plena nieve.
Según cuenta Erick, una de sus experiencias más impactantes fue en la cuerda floja del circo. Allí descubrió que la herramienta más útil para conservar el equilibrio son... las botas, que se hacen de piel estrictamente a medida para sentir al máximo la cuerda.
Erick también se desenvolvió en un oficio radicalmente diferente, el de cirujano. Eso sí, tuvo que hacer sus primeros pasos con ayuda de rayos láser en un simulador. Sin embargo, señala que, incluso en esas circunstancias, se aprecia de qué forma influye el peso de la responsabilidad en el quirófano.
Como no podía ser de otra forma, Erick pasó por la célebre Ciudad de las Estrellas para hacer realidad, aunque sea solo por unos días, el sueño de muchos niños. De acuerdo a Erick, extrañamente, en un sitio tan estrechamente relacionado con la ciencia, se nota un toque divino, algo irreal. De cerca la mítica escafandra de los cosmonautas, con su multitud de funciones y gran tamaño, puede llegar a dar cierto temor de que uno quede atrapado. Y aún más se siente el riesgo, cuenta Erick, cuando durante los entrenamientos se simula una reparación fuera de la estación espacial.
El pilotaje también protagonizó otra edición del programa, donde los espectadores pudieron ver a Erick manejando con destreza un biplaza. Además, no tuvo ningún reparo en bajar en una cuerda de un helicóptero.
Son episodios que expresan el sentir de una nación, con sus grandes territorios, y que han quedado plasmados en "La lista de Erick".